El síndrome de intestino irritable, llamado también neurosis intestinal o colitis funcional, es una enfermedad que afecta el intestino grueso y se manifiesta con gases, períodos de diarreas o estreñimiento, e intolerancia a algunos alimentos como los lácteos, el café, el pan, entre otros.
La enfermedad es controlable mediante dietas vigiladas y teniendo cuidado de no alterar nuestros niveles de estrés, ya que se trata de una enfermedad muy sensible a los trastornos emocionales, como la depresión o la ansiedad.
Pero bueno, si sabes que padeces de colon irritable y cuidas tu alimentación y pese a esto sigues sufriendo con los molestos síntomas, puede deberse a un ataque silencioso o un alimento oculto, ¿a qué nos referimos?
Como paciente del síndrome de intestino irritable llevas una dieta que cuidas y sigues al pie de la letra, pero qué tan a salvo de factores desencadenantes están los alimentos que conforman tu dieta.
Pensemos en los panes por ejemplo, si consumes pan libre de gluten estás evitando las complicaciones que presenta para tu intestino el digerir gluten, pero qué tan libre de leche, soya, o grasas está ese pan que compras libre de gluten, esos son los ataques silenciosos a los que nos referimos.
Atacantes silenciosos como altos niveles de azúcar, o derivados de la leche que te impiden llevar una dieta libre de lactosa pueden presentarse en productos naturistas o veganos que compras para apoyar tu dieta.
Si echamos un vistazo a las tablas de ingredientes de los productos que consumimos hoy en día, la mayoría contendrán trazas de soya, trigos, lácteos y grasas que no contemplábamos como parte del producto en sí.
Por ejemplo los arándanos deshidratados que podemos encontrar en todas las tiendas hoy en día contienen azúcar adicionada, ¿una fruta seca no tiene ya bastante azúcar por estar concentrado su sabor? Todo esto nos remite a pensar en nuestra dieta como enfermos lidiando con un colon irritable, todo parece jugar en nuestra contra.
Pero existen opciones como preparar nuestras propias leches vegetales, controlar los niveles de azúcar comiendo frutas frescas, optando por los quesos vegetales y preparando nuestro pan libre de gluten, todo esto para controlar el síndrome del intestino irritable que nos aqueja.
Pero bueno, somos realistas y sabemos que no todos contamos con el tiempo para hacer este proceso casi artesanal de elaborar pan y leche, pero las opciones naturistas están también ahí, visitemos tiendas que respeten estas necesidades y no adicionen trazas de soya o trigos, y leamos las etiquetas de todos los productos que consumimos antes de comprarlos.
Recordemos siempre que un enfermo con síndrome del intestino irritable debe llevar a lo largo de su vida y su enfermedad una estrecha relación con su médico y dietista, y que cualquier cambio de hábitos alimenticios o aspecto fuera de común en la dieta debe ser bajo supervisión de ambos, nuestra salud así lo exige.
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